sábado, 14 de mayo de 2011

Mujer, ¿la sal de la tierra?

Me gustaría empezar este post recomendando el ensayo del profesor Ramón Ignacio Correa "Mujer, ¿la sal de la tierra, la luz del mundo?". Nos muestra brevemente un recorrido histórico y el significado de la mujer como parte de la Sociedad. Mujer no como persona, como ser humano sino como hija, esposa y madre.

Mujer, ¿la sal de la tierra, la luz del mundo? debe comenzar confesando una evidencia: no soy mujer. Y por tanto, no poseo la sensibilidad, ni la percepción del problema, ni la voz de la experiencia convenientes e indispensables como para hablar de la dominación masculina desde una mirada de mujer. Con toda razón se lee en Hamlet: 

`Para definir la verdadera locura, ¿qué otra cosa habría que ser sino loco´.

Correa nos advierte que escribe el ensayo desde una posición masculina (obviamente) lo cual me parece correcto e importante, sin embargo, he decir desde mi condición de mujer que me ha gustado cómo ha planteado los hechos y significados de la temática. Yo no he vivido una época donde la mujer ha estado supeditada al marido o tratada como algo diabólico. En mi caso, he recibido una educación igualitaria generalmente hablando. Si bien es cierto, incluso actualmente, y desde estos tiempos donde la mujer está más liberada, según Lipovestski (1999) vivimos la etapa de la `tercera mujer´, he visto y veo aún muchas desigualdades e injusticias. Algunas incluso las he sufrido. Me gustaría hacer una breve reseña a una historia personal reciente (apenas hace 2 años). Me dijeron en un trabajo que tenía muy buen curriculum y competencias y que les gustaba mi manera de trabajar, sin embargo, órdenes directas del Presidente estimaban oportuno que el puesto estuviese ocupado por un hombre porque daba mejor imagen. Mi jefe directo (hombre) lucho para defender mi puesto, mi igualdad, pero fue inútil. El trabajo debía de ser ejecutado por un hombre. Por lo tanto, puedo y siento vivir el dicho ensayo, la historia de la mujer, las desigualdades y atrocidades desde una mirada femenina.

Me gustaría comentar la clasificación que hace Lipovestski (1999) de la mujer:

  1. `Primera mujer´o la mujer despreciada: en esta etapa la mujer era vista como algo negativo, la despreciaban y no tenía ningún tipo de valor. El arte medieval la retrataba en forma de Diablo o con rasgos de serpiente antropomorfa.

  1. `Segunda mujer´o la mujer exaltada: la segunda etapa rompió con lo anterior y se concentraron en exaltar la belleza de la mujer. La mujer era la obra maestra de Dios y dentro del arte representaban a la mujer como el espejo de la perfección moral y espiritual.



Enseguida estas obras de mujeres desnudas pronto fueron perseguidas por la Iglesia. Se trataba de una especia de pornografía. La `segunda mujer´ también era tratada desde el punto de vista androcéntrico ya que se la trataba como objeto desde los ojos masculinos. 

  1. `Tercera mujer´o la mujer indeterminada: esta etapa de la mujer aunque rompe un poco con lo anterior tampoco acaba con las desigualdades de la mujer. Sí que se ve envuelta en una Sociedad más abierta y plural, pero no por ello más justa y libre. La mujer aquí se convierte en ama de casa y "desde entonces, lavadoras, aspiradoras, cocinas vitrocerámicas, hornos micro-ondas, batidoras, tostadoras, secadoras o plachadoras... son las armas de liberación´de la reina del hogar y doctorada en `ciencias domésticas´" (Correa, Guzman y Aguaded, 2000). 


Muchos cuadros han representado a la mujer en labores del hogar. También en la publicidad hemos visto y analizado en otros posts el sexismo de la mujer.

La dominación masculina, la religión , la escuela, el lenguaje, la imagen han sido tratados, estudiados, interiorizados y aprendidos desde la marida masculina, despreciando o dejando en segundo plano a la mujer. Desde que somos niños la educación juega un importante papel. Incluso en pleno siglo XXI sigue habiendo grandes diferencias entre niños y niñas desde que nacemos. Correa decían en su ensayo que no nacemos personas, sino que nacemos niños y niñas y desde ese preciso instante ya estamos marcando diferencias arraigadas en la Sociedad.


"Las niñas suelen identificarse con enfermeras, hadas, peluqueras, mamás que limpian o cuidan de sus hijos... y los niños sueñan a ser Zidane, Batman o Superman..." Correa

Este anuncio refleja muy bien las aspiraciones de los niños y niñas para cuando sean mayores. Nos habla de educación pero ¿qué educación?. Una cosa es cierta, hasta cierto punto no mienten. La educación de manera general en la familia, la escuela, las instituciones, la religión, los medios de comunicación, la convivencia... tiene y marca los cimientos de los valores que vamos a adquirir y reproducir desde que somos niños hasta que morimos. Por lo tanto, es ahí por donde debemos de empezar a trasformar los valores, desde los cimientos.

Correa nos dice que "nuestras identidades han sido profundamente marcadas desde la primera socialización en la familia y como elemento definitorio de nuestra personalidad: ser hombre o ser mujer es lo primero que distingue a los seres humanos y lo que organiza y rige patrones de comportamientos, actitudes y expectativas. Sin la existencia masculina, la Otra no existiría jamás".

Me gustaría terminar esta pequeña reflexión con probablemente la frase del profesor Correa que más me haya llegado de todo el ensayo y que más me ha gustado de todo lo que he leído recientemente:

"Ser hombre... ser mujer... qué importa, si se tiene una perla en las entrañas para poder ser la sal de la tierra y la luz del mundo".


Bibliografía
Correa García, R. I.: Mujer, ¿la sal de la tierra, la luz del mundo? Universidad de Huelva.

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